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CuaEl presbiterio de la parroquia donde semanalmente suelo celebrar la eucaristía es pequeño. Probablemente, esa es la razón por la cual, en la celebración de la Cena del Señor del pasado Jueves Santo, el párroco –con buen criterio pastoral– solo puso una silla para lavar los pies a las doce personas que recordaban a los doce apóstoles, de modo que iban subiendo de una en una. Mientras accedían al presbiterio, un lector iba haciendo una breve semblanza de cada apóstol en cuestión, destacando algún rasgo significativo de su personalidad o de su historia personal.



Los doce apóstoles

El Nuevo Testamento proporciona cuatro listas de integrantes de los Doce:

  1. Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó” (Mt 10,2-4).
  2. “E instituyó doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios: Simón, a quien puso el nombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo y Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso el nombre de Boanerges, es decir, los hijos del trueno, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el de Caná y Judas Iscariote, el que lo entregó” (Mc 3,14-19).
  3. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor” (Lc 6,13-16).
  4. Cuando llegaron, subieron a la sala superior, donde se alojaban: Pedro y Juan y Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón el Zelotes y Judas el de Santiago” (Hch 1,13). Obviamente, en esta última lista solo hay once, ya que Judas ya ha desaparecido y aún no se ha elegido a Matías.
'El sagrament de l'Últim Sopar' (1955), de Salvador Dalí

‘El sagrament de l’Últim Sopar’ (1955), de Salvador Dalí

Más allá de las coincidencias y las diferencias entre las cuatro listas –lo cual ha llevado a pensar a algunos autores que ese “colegio” de Doce no siempre estuvo integrado por las mismas personas–, parece que estamos ante una tradición que se remonta a la propia época de Jesús. Por eso, aun reconociendo que, en la mayoría de los casos, desconocemos la historia de cada uno de estos apóstoles, y que es la tradición la que nos proporciona un mínimo perfil biográfico, se puede reconocer en estos Doce un modelo de discipulado que sigue siendo útil para los cristianos de hoy.

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