Martirizado en los años 40 tras la conquista de su país por Japón, será canonizado el 19 de octubre
Peter To Rot, santo de Papúa
Las tropas japonesas invadieron Papúa Nueva Guinea en 1942. Una de las primeras medidas que adoptaron fue la de expulsar de las zonas ocupadas a los misioneros que trabajaban con las comunidades locales. Al principio, la práctica religiosa no estuvo prohibida, pero debía ser ejercida por los propios papúes. En estas circunstancias, los catequistas cobraron una gran relevancia y ejercieron un papel fundamental en la actividad pastoral y el mantenimiento de la fe.
Sin la presencia de sacerdotes, estos catequistas asumieron la responsabilidad de ejercer la labor misionera, impartiendo los sacramentos, celebrando la Palabra y dando formación cristiana. Se convirtieron en un referente espiritual para sus comunidades.
Entre estos catequistas destacaba Peter To Rot. Un joven padre de familia que era muy servicial y activo en la misión de Rakunai, en la isla de Nueva Bretaña, donde colaboraba con los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC) desde pequeño. Sin lugar a dudas, el ejemplo de sus padres influyó bastante. Ellos, Angelo To Puia, jefe de clan, y María Ia Tumul, fueron de los primeros indígenas bautizados en su localidad natal. Ambos contribuyeron a la construcción de la iglesia, la escuela y la casa de los MSC, que fueron enviados a aquel país por León XIII.
Este ambiente familiar, de profunda fe y servicio a su comunidad, hizo que asumiese como propia la obligación de atender espiritualmente a su comunidad. Poco a poco, el ejército japonés fue recortando la libertad religiosa y empezó a ser visto como una persona incómoda. Finalmente, en 1944 se produjo la prohibición total y las autoridades locales llamaron a los catequistas para que se personaran en las comisarías de policía y advertirles de que serían fuertemente reprendidos si no dejaban sus actividades pastorales. El compromiso de Peter To Rot era ya tan fuerte que no hizo caso de las advertencias y continuó, de forma clandestina, visitando y acompañando espiritualmente a las comunidades. Al mismo tiempo, los mandos militares quisieron ganarse a las autoridades locales colaboradoras volviendo a restaurar prácticas indígenas ya casi olvidadas, como la poligamia.
Peter To Rot comenzó una campaña en contra de esta práctica y se convirtió en un abierto defensor del sacramento del matrimonio y la familia, denunciando varios casos de personas importantes. Entre ellos, estaba el comisario de policía To Metapa, que deseaba quedarse con una mujer de la aldea ya casada.
Este policía utilizó la información que tenía sobre la labor pastoral que el cristiano seguía realizando y lo detuvo. Ya en prisión, Peter To Rot no quiso retractarse, ni de la actividad religiosa que hacía ni de las denuncias llevadas a cabo por la poligamia. “Estoy en prisión por aquellos que rompen sus votos matrimoniales y por aquellos que no quieren ver avanzar la obra de Dios. Eso es todo. Debo morir. Ya me han condenado a muerte”, dijo horas antes de su asesinato.
Aprovechando como excusa un pequeño resfriado, el médico de la prisión le inyectó una supuesta medicina y le hizo ingerir una sustancia que le produjo vómitos. El mismo doctor, tapándole la boca, lo dejó morir. Tras su martirio, el policía To Metapa, se personó allí y dijo: “Él, el ‘muchacho de la misión’, estaba muy enfermo y ha muerto”.
Ocho décadas después, tras aprobarlo León XIV en su último consistorio, se ha confirmado que este modelo ejemplar será canonizado el próximo 19 de octubre. Será el primer santo papú.
Fotos: Tomás Ravaioli, IVE.