“La belleza de la Cruz salvará al mundo”, porque “la esperanza nace donde las lágrimas de dolor y arrepentimiento fertilizan el alma en humildad y vida nueva”. Así lo ha expresado esta mañana la Hermana María Gloria Riva, monja de la comunidad monástica de las Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento, encargada de la meditación del Jubileo de la Santa Sede, que se celebra hoy.
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Desde el Aula Pablo VI, el papa León XIV escuchaba con atención en primera fila la reflexión sobre la esperanza encargada a la religiosa por Francisco.

El papa León XIV escucha la meditación de María Gloria Riva, monja de la comunidad monástica de las Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento
En su alocución, Riva ha invitado a “mantener viva la tensión entre el pasado y el futuro”, pues esta es “la gran raíz de la esperanza”. “Hoy corremos el riesgo de vivir en la nostalgia de un pasado que ya no existe, lo que nos lleva a un tradicionalismo a menudo desconectado del presente, o a correr hacia un futuro que aún no existe, cayendo en un futurismo ilusorio, incapaz de ofrecer soluciones reales a los problemas del presente”, ha remarcado.
“El pasado, con sus glorias y sus penas, puede representar un trampolín para vivir el presente con la tensión adecuada”, añadió la hermana Riva. Y prosiguió: “El pasado sale a nuestro encuentro con sus preguntas, no para aplastarnos, sino para relanzarnos al presente, mirando al futuro con esperanza”.
La única carrera en la Iglesia
Sobre correr hacia el futuro, la religiosa ha advertido que la única carrera que debe hacer la Iglesia es hacia la tumba vacía, como Juan y Pedro. “Es la carrera de quienes saben que la esperanza reside en la vida verdadera, la vida eterna. La eternidad se extiende ante nosotros: para quienes creen y para quienes no creen. Para toda la humanidad”.
Para la religiosa, la esperanza se manifiesta hoy “al afirmar la verdad que respeta la vida, desde su concepción hasta su fin; que respeta la dignidad de cada persona, más allá de su género, su credo o su nacionalidad; que respeta las costumbres y culturas particulares de cada pueblo, una gran riqueza universal”.