Los obispos de las tres diócesis que pertenecen al Estado de Washington, en Estados Unidos, han demandado al gobernador local, el demócrata Bob Ferguson, por sacar adelante una ley (el Proyecto de Ley Senatorial 5375) que obligaría a los sacerdotes a romper el secreto de confesión en los casos en que estos, a través del sacramento, hayan podido tener conocimientos de casos de abusos contra menores. En esas situaciones, estarían obligados a denunciar.
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Como lamentan en un comunicado conjunto, no es justo que se equipare a los presbíteros con otros profesionales como los maestros, los sanitarios o los psicólogos, “sin tener en cuenta el sacramento” que compromete a los curas de un modo especial.
Caerían en la excomunión
Para los prelados, la ley de Ferguson “no busca proteger a los menores, sino encarcelar a los sacerdotes”. Y todo “por seguir las antiguas prácticas de fe de la Iglesia”; heredadas de una tradición bimilenaria y que ellos no podrían romper por sí mismos sin caer en una situación de excomunión.
Por ahora, los representantes eclesiales no han obtenido una respuesta por parte del gobernador a su propuesta de tener una reunión con él y explicarle los motivos de su rechazo de la ley. De ahí su decisión final de demandarle y buscar el amparo de la Justicia.
Un dilema trágico
Como detalla el medio MSNBC, los obispos alegan en su demanda que el proyecto del gobernador “viola la Primera Enmienda y la Cláusula de Igual Protección de la Decimocuarta Enmienda”. Así, el nuevo cuerpo jurídico “pone a los sacerdotes católicos romanos ante una disyuntiva imposible: violar 2.000 años de enseñanza de la Iglesia e incurrir en excomunión automática, o negarse a cumplir con la ley de Washington y estar sujetos a prisión, multa y responsabilidad civil”.
Tras presentarse la demanda en su contra, el gobernador Ferguson, que es católico, dijo lo siguiente en una declaración: “Estoy decepcionado por que mi Iglesia presente una demanda federal para proteger a las personas que abusan de niños”.