En 2013, Robert Francis Prevost estuvo en Alcalá de Henares siendo prior general de la Orden de San Agustín. Visitó el monasterio de las agustinas contemplativas de Nuestra Señora de la Consolación, ubicado en la calle Gallo, en la ciudad complutense.
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Sor Rosa María, que era entonces superiora, recuerda con emoción un episodio que hoy cobra un profundo significado. Y es que, la elección del cardenal Robert Francis Prevost como Papa el pasado 8 de mayo ha traído a la memoria de esta comunidad contemplativa.
“Cuando dijeron su nombre… dijimos: ‘¿El nuestro?'”, relata Sor Rosa María. “Nos quedamos tan sorprendidas, muy sorprendidas… y muy agradecidas”, explica.
El recuerdo se remonta al 25 de marzo de 2013, lunes santo de aquel año. Sin previo aviso, el timbre del convento sonó. La hermana tornera fue quien atendió. “Vino y me dijo: ‘Madre, dice que es el prior general‘. Y yo le respondí: ‘eso es una broma'”. Pero insistió. Así que Sor Rosa María decidió acompañarla. “Y ahí estaba. Sonreía con una paz… y dijo: ‘Sí, soy el prior general’ Y era él”.
“Transmitía paz”
Le invitaron a pasar. Venía solo. “Pensábamos que lo acompañarían su secretario o algún padre de Madrid, pero no. Nos dijo: ‘No, no hermanas, vengo solo. El coche está bien aparcado aquí, en la puerta. Tranquilas'”, recuerda la religiosa en una entrevista concedida a la Diócesis de Alcalá de Henares.
Pasó la mañana con ellas. Compartió tiempo, escuchó con atención y se interesó por la comunidad de religiosas contemplativas. “Transmitía una paz… un saber escuchar…”, indica Sor Rosa María. Venía de un largo viaje por la India y Filipinas, donde había visitado comunidades y vocaciones. “Habló con nuestras hermanas de la India, Sor María Jesús y Sor María José, sobre Kerala, de donde son ellas”.