Durante la tarde de este 20 de mayo, el papa León XIV ha cruzado por primera vez como sucesor de Pedro la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros (Roma), de la cual ha tomado posesión como basílica papal encomendando a su intercesión el inicio de su pontificado.
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A su llegada al templo, León XIV ha sido recibido por el padre abad y el arcipreste de la basílica. Después, en procesión junto a los monjes benedictinos que custodian desde hace siglos el lugar, ha descendido hasta la Confesión para orar ante la tumba del apóstol.
Gracia, fe y justicia
Tras la lectura de un pasaje de la Carta a los Romanos, León XIV ha dirigido unas palabras meditadas a los presentes, centrándose en tres grandes ejes del mensaje paulino: la gracia, la fe y la justicia.
“San Pablo afirma haber recibido de Dios la gracia de la llamada”, ha recordado el Papa, subrayando cómo esa experiencia fundante del apóstol —su encuentro con Cristo en el camino de Damasco— “no anula la libertad, sino que la eleva”. “El Señor no le quitó su libertad, sino que le dio la posibilidad de decidir”, ha explicado.
Y es que “la salvación no aparece por encanto, sino por un misterio de gracia y de fe, del amor de Dios que nos precede, y de la adhesión confiada y libre por parte del hombre”. “Mientras agradecemos al Señor la llamada con la que transformó la vida de Saulo, le pedimos que también nosotros sepamos responder del mismo modo a sus invitaciones”, ha aseverado.
En su intervención, León XIV recurrido a citas de san Agustín y de san Benito para trazar un mapa espiritual que une vocación y misión, libertad y entrega, amor recibido y caridad ofrecida. “En la raíz de toda vocación está Dios, su misericordia, su bondad, generosa como la de una madre”, ha dicho.
Asimismo, León XIV ha compartido su deseo de responder con fidelidad a la llamada recibida, como Pedro, como Pablo, como tantos santos antes que él: “Aquí está la raíz, simple y única, de toda misión, incluso de la mía”, ha confesado. “Que el Señor me conceda la gracia de responder fielmente a su llamada”. Además, el Papa ha citado también a Benedicto XVI, retomando unas palabras dirigidas a los jóvenes en Madrid durante la JMJ de 2011: “Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y la que da sentido a todo lo demás”.