Pizzaballa, el papa que vendría directamente de Jerusalén

  • El principal representante de la Iglesia en Tierra Santa encarna la principal voz de denuncia contra la situación en Gaza
  • Aunque algunos sectores eclesiales le presentan como un “conservador”, es un azote contra el clericalismo

Pizzaballa, el papa que vendría directamente de Jerusalén

Pierbattista Pizzaballa puede convertirse en el primer papa italiano desde que, el 28 de septiembre de 1978, muriera Juan Pablo I, apenas 33 días después de su elección papal. Sin embargo, si estos días el cardenal Mamberti anuncia al mundo su nombre después del preceptivo “habemus papam” que cierre el cónclave, casi nadie pensará que estamos ante un cardenal italiano, sino ante el principal representante de la Iglesia en la tierra de Jesús, nacido en Belén, criado en Nazaret y crucificado y resucitado en Jerusalén.



Consagrado franciscano en 1989 y sacerdote en 1990, este italiano de 60 años ha pasado buena parte de su vida en la Ciudad Santa para cristianos, musulmanes y judíos. Allí se formó en su juventud y allí, entre 2004 y 2016, fue el máximo responsable de la Custodia Franciscana de Tierra Santa. Hasta que, hace nueve años, Francisco le designó administrador del Patriarcado Latino de Jerusalén. En 2020 ya le nombró oficialmente patriarca. Y, en 2023, le entregó la birreta cardenalicia.

Contra toda la violencia

Fruto de su conocimiento directo del eterno conflicto que desangra a israelíes y palestinos, siempre ha clamado por la paz y denunciado todos los excesos violentos, se produjeran donde se produjeran. Por ello, en los dos últimos años, desde que Hamás atacara a Israel y el Gobierno de Netanyahu contestara con una ofensiva contra la Franja de Gaza que ya se ha cobrado decenas de miles de vidas inocentes, la voz del patriarcado latino de Jerusalén ha tronado con una fuerza sin parangón.

Muestra de ello son algunos de los titulares que ha reproducido en los últimos meses Vida Nueva: “La guerra terminará, pero el odio será difícil de superar”. “Nada volverá a ser como antes”. “La respuesta de Israel está siendo desproporcionada”. “Solo si se pone fin a decenios de ocupación y a sus trágicas consecuencias, se puede iniciar un proceso de paz serio”. “Las religiones no están promoviendo la paz”. “Gaza es una bomba de relojería, no se puede tener a la gente encerrada así”. “Jerusalén debe volver a ser una ciudad de oración, hospitalidad y abierta a todos”. “No se les puede decir a los palestinos que no tienen derecho a una tierra y a una nación”.

Un espíritu libre

Frases, todas ellas, propias de un espíritu libre y que no teme a las posibles consecuencias de sus actos en un entorno profundamente hostil y polarizado. Como ejemplificó el hecho de que el Gobierno israelí pretendiera impedir su entrada en Gaza para celebrar la última Navidad. Un bloqueo en el que, finalmente, tras su clamor ante el mundo, tuvo que dar marcha atrás.

Misa De Navidad Belen Pizzaballa Nino Jesus

En lo pastoral, desde algunos sectores eclesiales se habla de Pizzaballa como de un “conservador”. Pero lo cierto es que, si ha sido crítico con el pontificado de Francisco, jamás lo ha sido públicamente. De hecho, si acudimos a otra crónica publicada en Vida Nueva el 6 de enero de 2021, nos encontramos con un consagrado que no duda en cargar contra el clericalismo. Así, en la homilía de la primera misa de ese año, celebrada días antes, lamentó que esta plaga es “muy evidente” en Tierra Santa.

Distancia entre clero y laicos

“No es ningún secreto –clamó entonces el franciscano– que existe una cierta distancia entre el clero y los laicos, y esto ciertamente no es único en nuestra Iglesia. Es un tema común para muchas Iglesias en el mundo”.

A su juicio, “la colaboración entre sacerdotes y laicos a menudo se malinterpreta y termina convirtiéndose en: ‘Simplemente, haz lo que quiere el sacerdote’”. Algo que achacó, en buena parte, a los propios seglares, incapaces de hacer valer su posición en el día a día comunitario: “Es difícil encontrar laicos formados, comprometidos y dispuestos a hacer una contribución positiva a la comunidad. Es una barrera real que debe tenerse en cuenta, especialmente pensando en la generación futura, que quieren ser los líderes en la vida de la Iglesia y no solo ejecutores de órdenes y directivas”.

“No podemos vivir sin amor”

“No podemos –concluyó– vivir sin amor, y el amor del que tenemos que partir es el amor de Aquel que dio su vida por nosotros y nuestra salvación. Este será el camino que nos espera”.

¿Es esta la senda que propone para la Iglesia el papa que vendría directamente de la tierra de Jesús?

Noticias relacionadas

OSZAR »