“No podemos dejar de ser una Iglesia en salida, misionera y que se acerque a los alejados”. El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, escribe una carta a su diócesis 24 horas antes de encerrarse en la Capilla Sixtina para celebrar el cónclave que elegirá al 267º Sucesor de Pedro.
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En palabras del purpurado, “este es un momento crucial para la Iglesia. Los medios de comunicación siguen con interés como se desarrollan estos días y no pueden evitar abordar el cónclave con una mirada política”.
En este sentido, deja claro que “el debate no es si debemos ser progresistas o conservadores, sino que el objetivo es ser profundamente fieles al Evangelio”, porque es este “el que nos marca el camino de vida como bautizados y como seguidores de Jesucristo. Por ello, como hacía Jesús, no podemos dejar de poner en el centro a las personas más vulnerables, a los que sufren”.

Los cardenales Juan José Omella y Blase J. Cupich, en el cónclave
La Iglesia, “una casa abierta”
En la misiva, Omella admite que asume el encargo de elegir al nuevo papa “con plena confianza en la intercesión de santa María, Madre de la Iglesia, y pidiendo a Jesús que nos conceda la gracia de ser dóciles al Espíritu Santo”.
Y prosigue: “Los cardenales tenemos la gran responsabilidad de discernir e identificar cuáles son los desafíos que tiene la Iglesia católica para que se asemeje a la Iglesia que anhela Jesucristo. Una Iglesia que es la gran familia de los hijos e hijas de Dios. Una familia donde cada hijo es diferente, pero amados todos por igual, con paciencia y ternura”.
Para el cardenal de origen turolense, la Iglesia debe ser “una casa abierta, donde reinen el amor, la comunión, la esperanza y la alegría. Una familia en la que cabemos todos, cada cual avanzando en su propio camino hacia la comunión plena con Dios. Una Iglesia que es madre, que escucha y acoge a todos los que se le acercan y los acompaña hacia el encuentro con Jesucristo”.
¿Qué papa necesita la Iglesia?
Sobre las congregaciones generales, Omella señala que está siendo un momento “bellísimo donde se evidencia la riqueza de la comunión en la diversidad de culturas y lenguas. Es una impresionante experiencia de escucha atenta y respetuosa que permite identificar al Espíritu que se revela en nuestra comunicación. Una escucha en la que Francisco ha querido instruirnos en su pontificado”.
¿Y qué papa necesita la Iglesia hoy? A esto también responde el cardenal: “Un Santo Padre que vele por la unidad de la Iglesia y que garantice la fidelidad al Evangelio y al Magisterio de la Iglesia”.
Concluye su misiva el purpurado pidiendo a sus diocesanos que recen “intensamente” por todos los cardenales electores para que “el Señor nos haga capaces de escuchar la voz del Espíritu Santo y así podamos escoger al pastor que, en comunión con todos los obispos de la Iglesia, guíe al santo Pueblo de Dios en esta etapa de la historia de la salvación”.