“Hoy es el día más grande”. Así arrancó esta mañana la homilía del obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, en el marco de la misa del Domingo de Resurrección que presidió en la catedral de Santa María Magdalena.
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El pastor compartió que “al ver a Cristo Resucitado, vemos nuestro propio futuro, vemos nuestra propia historia, la consumación de la historia del mundo”. Deteniéndose en el pasaje del Evangelio de san Juan, apuntó cómo “el amanecer va imponiéndose ante las tinieblas de la muerte”. “Solo la noche es testigo de la resurrección del Señor”, planteó después el obispo.
Entre claros y oscuros
“La gran invitación de la Iglesia en este día es esta: ‘Entra al misterio del sepulcro vacío, entra al misterio de la resurrección y cree en el Hijo de Dios Resucitado, que va contigo en el camino de la vida cuando los días son claros, pero también cuando se hacen oscuros y llegan las nubes”, destacó García Beltrán.
Con este punto de partida y remitiéndose a una reflexión del monje cisterciense y obispo noruego Erik Varden, el obispo de Getafe explicó que “el manto de la misericordia de Dios está hecho a la medida de cada uno de nosotros”. “Ante la Resurrección del Señor nadie puede sentirse excluido ni de su misericordia ni de salvación”, enfatizó. Solo puso una condición: “Basta con que yo ponga mi confianza en el Señor, que quiera seguirlo con un corazón sincero, para que ese manto de la misericordia me lleve a la vida eterna”.